Por aclamación popular, y a pesar de que todavía no tengo fotos que ilustren esa gran noche, me veo e la obligación de reseñar con unas breves líneas el imperecedero recuerdo de la Noche de la Economía Valenciana 2006, a pesar de que Arturo no me sacara a bailar…
No hay nada como compartir esos “grandes” momentos en los que hay que elegir entre Julio o Arturo y en los que acabas viéndote en una espiral de parejas imposibles (o más bien indeseables)… En cuatro horas de cena, más una de galardones y discursos, tuvimos tiempo de reflexionar sobre lo divino y lo humano, sin dejar de atender en ningún momento las palabras del anfitrión y los discursitos varios (no vaya a pensar alguien que la información reseñada más tarde tenía algún tipo de incorrección).
Disfrutamos de una grata compañía (lo digo más que nada por Julia y por mi, ya que alguien olvidó guardarnos sitio en su mesa y nos tocó romper la media de edad de la mesa colindante) y nos llevamos un abanico (para airear esas mentes) y un par de libros, que en la estantería del salón quedarán muy apañaos… Si es que qué más se puede pedir…