miércoles, marzo 12, 2008

Vista cansada

“Como siempre he vivido/con los pies en las nubes,/ necesito el amor/ para poner las manos en la tierra”.
Con esta dedicatoria a su mujer, Luis García Montero presenta “Vista cansada”, su nuevo poemario con el que hace un exhaustivo repaso de su vida, con la experiencia y serenidad que da la madurez y con una edad (este año cumple 50) “conveniente para hacer un ejercicio de memoria” y analizar la evolución, tanto personal como del país.

Habla de su infancia, con un poema dedicado a 1958 (el año que le vio nacer), en el que hace esta declaración de intenciones:
“… Desde entonces procuro defender
las noches en mi casa,
los barcos sin bandera,
los inviernos con sol
y las dudas que acaban resolviéndose
en la última página”

También dedica espacio a su ciudad natal, Granada; a su familia, a su juventud, a la Universidad y a sus convicciones políticas, donde son varios los textos dedicados a la defensa de la política y la democracia. Pero sobre todo, hace un canto a la vida y al amor, que sabe como nadie transformar en palabras.
“… Nadie olvide los tiempos, pero nadie se engañe:/al final sólo importan el amor y la muerte”, dice Montero en uno de sus poemas, aunque yo de todos, me quedo con éste:

“Deshice la maleta. Fue saliendo
doblada una ciudad con voz de lluvia.
De las perchas colgaron
los cielos rotos y la luz sumisa.
Ordené las preguntas
en la parte derecha del cajón
y a la izquierda dispuse un restaurante,
una mesa sin hambre y sin rumor de sábanas
para cenar cansado de estar solo.

Luego bajé a la calle.
En la esquina arrugada de una chaqueta negra
me detuve a mirar
la luna de las ropas interiores.
Dolía el pasaporte en el bolsillo
igual que los extraños y las tiendas cerradas.
Quise llamar un taxi. No levanté la mano.
Se paró junto a mí la desventura
de una ciudad vacía.

A media noche estaba a medio ser
en medio de la nada.

No sé viajar sin ti,
ni contarte las cosas por teléfono”.